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miércoles, 17 de febrero de 2010

Curiosidades sobre amor

Todas estas curiosidades sobre el amor las he extraído en su idea principal de un libro de referencia: "Por qué amamos: naturaleza y química del amor romántico" de la antropóloga-neuróloga Helen Fisher. Eso significa que tienen base científica, no como la mayoría de cosas que se suelen leer por las pegajosas redes del Internete. La señorita Fisher metió a enamorados y tortolitos (y todo lo contrario) en un túnel de escáner cerebral, entre otras cosas.

-El concepto y el sentimiento del amor romántico es universal. Siempre nos ha acompañado como especie desde nuestros orígenes en África y esto se refleja en toda nuestra literatura. Por ejemplo, hace más de cuatro mil años se ponían estas palabras en boca de la diosa Inanna de Sumeria por su amado Dumuzi: «Mi amado, la delicia de mis ojos». Quizá cueste creerlo pero las diferencias culturales no tienen apenas efecto diferenciador en cuanto al amor real y desbordante, físico y mental (aunque no hay dicotomía: la mente es también física). La naturaleza supera los moldes culturales y tanto los japoneses, los croatas, los vietnamitas y los esquimales, todos experimentan las mismas sensaciones al enamorarse. Ahora y hace ciento cincuenta mil años.

-Para Helen Fisher hay tres redes cerebrales primigenias relacionadas con el amor romántico: el deseo, que responde a las ansias de satisfacción sexual y la búsqueda de pareja reproductiva, el amor romántico, lleno de emoción y protagonista de nuestro cine más meloso y dulcífero, que permite concentrar todos los esfuerzos del individuo en un sólo un cortejo a la vez para arremeter en él con todas las energías posibles y no malgastar vitalidad inútilmente y el cariño, paz y serenidad necesaria durante el largo tiempo posterior al parto para cuidar a los hijos con la madurez suficiente.

-Aunque se cree comúnmente, el odio no es el antónimo del amor. Lo opuesto al amor es la indiferencia. Un sujeto que odie se obsesiona y piensa negativamente sobre otra persona, no puede quitársela de la cabeza a la manera (positiva, en este caso) de un enamorado. Amor y odio son muy similares y en ocasiones pueden darse a la vez.

-Los enamorados tienden a volver trascendentes las cosas intrascendentes. Un peine con un pelo de la amada enganchado a sus púas cobra un valor sagrado y casi fetichista. Todo lo cotidiano, si es tocado por la varita mágica del amor, se transmuta en grande e interesante.

-La intrusión mental es un rasgo típico del enamoramiento. Conlleva pensar todo el día en él o la afortunado o afortunada y relacionar todo lo que ocurra con él/ella. No es de extrañar que ese gran dramaturgo que se preguntó: ¿"Qué es el Amor?" haya puesto en la boca de Romeo: "Julieta es el sol".

-Como nos ha enseñado la literatura de forma milenaria, las dificultades y las adversidades son la mejor leña para mantener vivo y en forma el fuego del amor. Mientras más complicado sea para una pareja poder verse (distancia, poco tiempo, problemas familiares, etnias distintas, etc) más se fortalece la relación, ya que se asemeja a algo épico: la pareja está dispuesta a abandonarlo todo, incluyendo una vida más segura, en aras del amor.

-La pasión es una necesidad fisiológica como dormir, comer o beber. Es totalmente necesaria para el organismo. Además, en ella intervienen muchos instintos, como el de cortejo.

-Mientras el hombre tiene dispuesta su estructura cerebral de tal modo que lo visual es crucial en el enamoramiento, la mujer tiene más desarrollada la memoria. Esto tiene una explicación evolutiva: el hombre, macho, desarrolló la vista para percibir a primera vista si la hembra-mujer está en condiciones para tener hijos, esto es, si tiene caderas anchas, salud, buen color, pechos que alimenten, etc. En cambio, la mujer se fijaría en su potencial noviazgo rememorando cómo se ha comportado en anteriores ocasiones, sobre todo enfocado al cuidado de los niños.

-La esperanza que tienen algunos de forma obsesiva con su ex pareja tiene también una explicación evolutiva: la naturaleza ha dispuesto que el cortejo se intente siempre que exista la mínima posibilidad. Por eso hay tanto pesado en este universo.

-El sexo y el amor romántico tienen una conexión total y profunda. De hecho, la palabra love ("amor" en inglés) viene del sánscrito lubn que significa "desear".

-Otro punto interesante es la exclusividad sexual que rodea al amor. No se permite que la pareja se acueste con otros, ¿por qué? De nuevo, hay una razón evolutiva para tal motivo: que los padres no sean infieles y pierdan el tiempo criando a otros hijos, y que las madres no se queden sin su privado coto sexual en favor de otras.

-Algo curioso es que el enamoramiento no suele ser voluntario, sino que simplemente "ocurre". Tiene una naturaleza ilógica y espontánea.

-Los animales no humanos también tienen sus muestras de amor y cariño: se mordisquean, se persiguen, se acarician, cantan e incluso bailan. Hay millones de formas de cortejo y todas dignas de ser vistas.

-Mientras los hombres suelen fantasear con la conquista de una mujer hermosa, las chicas juegan mucho imaginando que tienen que ceder, la llamada "rendición activa". Y cuando al hombre le estimula lo visual y explícito, a la mujer muchísimo más las palabras, las películas románticas y el cariño afectuoso.

-El misterio es bastante sugerente, como dijo Baudelaire: «amamos a las mujeres en la medida en que nos resultan extrañas». De hecho suele ser así: está demostrado que en la niñez, a partir de una determinada edad crítica se produce un sentimiento de repugnancia ante la idea de enamorarse de personas muy conocidas o amigos/as de toda la vida. La experiencia en los kibutz israelís, una especie de comunas donde los muchachos se crían juntos desde que nacen, demuestra que la gran mayoría de las ocasiones los de un kibutz se acaban enamorado por sujetos de kibutz diferentes. "Extraños". Típico en los mamíferos.

-Cuando una mujer mira a su amado, en su cerebro reaccionan las regiones de la emoción y la atención. Eso quiere decir que recopila información crucial para decidir si es un buen hombre con el que aparearse. Debido a que una mujer gasta una cantidad gigantesca de energía y agota su metabolismo en el proceso del embarazo, una relación es algo serio. Por eso las mujeres tienen una mayor capacidad de rechazo ante las proposiciones románticas de ciertos hombres, mientras que éstos podrían aparearse con cualquier mujer excepto víboras monstruosas, quizá. Cuidar hijos, al fin y al cabo, es una cuestión de vida o muerte, y hay que elegir al padre perfecto.

-Los científicos resumen todo ello así: los hombres buscan objetos reproductores (en su inmensa mayoría) y las mujeres objetos con éxito. Es decir, hombres con ambición, normalmente de un estatus económico superior, "buena gente", comprensivos y que puedan proporcionarles seguridad y confianza en el futuro. Y fuertes, claro, como señala un fragmento de El Cantar de los Cantares:

Mi Amado Es Fresco Y Rubio
Distinguido Entre Millares.
Sus Brazos, Barras De Oro.
Sus Piernas, Columnas De Alabastro.

Y curiosamente, valoran mucho más el sentido del humor que los hombres, puede que como evidencia de inteligencia superior. La inteligencia es garantía de éxito.

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