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lunes, 15 de febrero de 2010

Los 10 propósitos que si quieres, puedes alcanzar

Con el final del año, las ganas de lograr cambios o mejoras nos llegan casi en automático, y de igual forma, al momento de comer las 12 uvas, por lo regular tenemos una lista de deseos que entre más difíciles de alcanzar son, mayor inquietud nos provocan.

Dejando todo esto de lado, ¿por qué no empezar con algo que diferenciará el año desde su inicio? Una lista de deseos, que más que simples antojos pueden convertirse en verdaderos objetivos, que además de ser completamente asequibles, también pueden darle a nuestra vida el equilibrio que tanto buscamos.


¿Qué hay que hacer para alcanzarlo?, simplemente deben estar lo suficientemente enriquecidos dentro de tres áreas fundamentales; la mente, el espíritu y no menos importante, el cuerpo.

Para fortalecer la mente, podemos hacer algo que a los mexicanos nos cuesta mucho trabajo, pero que sin lugar a dudas, es algo de lo más simple y gratificante que podemos hacer con nuestro tiempo: leer.

Un libro al mes, una revista a la semana, o el periódico diariamente. Hacer esto no sólo nos hará ampliar el criterio o ser capaces de sostener pláticas de mayor profundidad, también puede asegurarnos unas buenas horas de entretenimiento.

No sólo por vanidad, sino por cuestiones básicas de salud, hacer ejercicio es fundamental. Es típico que llegado el mes de enero, los gimnasios estén atiborrados, pero en cuanto llega el mes de febrero, la fiesta de la Candelaria parece hacernos olvidar la intención.

Ir al gimnasio, salir a correr por las mañanas, subir las escaleras de nuestra casa, o hasta sacar a pasear al perro, todo lo que hagas, tarde o temprano, tu cuerpo te lo agradecerá.

En cuanto al espíritu, qué mejor que la satisfacción de hacer algo por alguien; pues ya sea un conocido o alguien con quien no tengamos ningún tipo de relación, pero cuando podemos cambiar algo o contribuir a provocar una sonrisa, no hay nada que se le compare.

¿Por qué no intentas sacar todos esos suéteres arrinconados en el armario para llevarlos a algún orfelinato en esta época de frío?, llevar dulces en el carro para ofrecer a los niños de los semáforos este Día de Reyes o sin ir más lejos, ofrecerle tu tiempo y apoyo a algún amigo que lo necesite.

Para que este 2010 sea un mejor año, no se necesitan grandes cambios o situaciones extraordinarias; a veces las pequeñas cosas son las que hacen la diferencia y con que tú estés bien, bastará para que cuando menos lo esperes, todo a tu alrededor se encuentre en armonía.

Piénsalo; en mente, en cuerpo y en espíritu, cuando estos tres aspectos están en equilibrio, no hay nada que te pueda negar la plenitud.

Así que ya sabes, este año no pienses en esos 40 puntos que muy probablemente vas a olvidar más pronto de lo que te tardarás en escribirlos, mejor básate en sólo 10 objetivos que poco a poco te garanticen un largo plazo lleno de beneficios.

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