Barack Obama tuvo una semana bastante ocupada: entre la firma de la reforma sanitaria, el regreso de la misma a la Cámara de Representantes y la visita del primer ministro israelí a Washington, no tuvo un respiro.
EU ya casi tiene reforma de salud… aunque no le guste
Esta semana, Barack Obama firmó la reforma al sistema de salud estadounidense, la cual fue aprobada el domingo pasado por la Cámara de Representantes (219 votos a favor y 212 en contra).
Si no fuera porque los republicanos lograron objetar dos cláusulas de la misma (lo que significa que deberá ser aprobada por dicha cámara nuevamente), EU estaría estrenando una nueva legislación en materia de salud.
Con dicha reforma, 32 millones de personas que hasta ahora estaban desprotegidos podrían obtener un seguro, pues la cobertura sanitaria alcanzaría al 95 por ciento de los estadounidenses (hasta ahora sólo abarcaba al 83 por ciento).
Asimismo, las aseguradoras estarían sujetas a nuevas regulaciones, que les impedirían negar seguros por enfermedades preexistentes o cancelar los planes de clientes con patologías como cáncer, sida, etcétera.
De acuerdo con la nueva ley, los jóvenes estarían protegidos por los seguros de sus padres hasta los 26 años, y aquellas familias de cuatro cuyos ingresos anuales sean menores de 88 mil dólares obtendrían subsidios por parte del gobierno.
Los demócratas consideran que este paquete de medidas constituyen uno de los mayores logros de Obama en la Casa Blanca, pues conforman la reforma sanitaria más grande que se ha hecho en medio siglo.
Aun así, el bloque republicano y gran parte de la población rechazan la nueva ley, pues consideran que atenta en contra del principio de libre mercado, además de ser demasiado costosa.
De acuerdo con Obama, la implementación de las reformas al sistema de salud tendrán un costo aproximado de 940 mil millones de dólares; sin embargo, en sus palabras, el déficit económico nacional podría reducirse en 143 mil millones.
Después de todo, la falta de cobertura sanitaria adecuada, así como el incremento de los costos médicos son algunas de las principales causas de la bancarrota de particulares.
Aquellos que no contaban con un seguro adecuado debían costear los gastos médicos de su propio bolsillo, lo cual los obligaba a decidir entre no recibir tratamiento, perder todo su dinero o dejar al hospital con cuentas sin pagar.
Des esta forma, los partidarios de la reforma aseguran que ésta beneficia no sólo a los individuos, sino a los hospitales y farmacéuticas, pues abre caminos para que un mayor número de personas tengan los recursos para comprar medicamentos y para pagar tratamientos.
No obstante, como todo cambio, la reforma sanitaria también tiene un lado oscuro. En ella no están contemplados 23 millones de personas, entre los que se encuentran los indocumentados que residen en EU y los ciudadanos con ingresos muy bajos.
Asimismo, la nueva ley establece que a partir de 2013 las familias con ingresos anuales mayores a 250 mil dólares deberán pagar un impuesto adicional de 3.8 por ciento a sus rentas de inversión.
Israel y EU se alejan más y más…
¡Qué semana de trabajo para Obama! No sólo firmó la reforma sanitaria (que se dedicará a promover por todo el país), también recibió a Benjamín Netanyahu, primer ministro israelí, e hizo patente el descontento de la Casa Blanca con las últimas jugadas del gobierno de Tel Aviv.
Recapitulemos: EU desea desesperadamente ser el mediador en las negociaciones de paz entre palestinos e israelíes. Después de que le costó bastante trabajo convencer a la Autoridad Nacional Palestina (ANP) para que cooperarse, ahora Israel es el problema.
Y es que Netanyahu de verdad se niega a congelar la edificación de casas en territorio palestino, lo cual es suficiente para acabar hasta con la paciencia de un Premio Nobel de la Paz.
Cabe recordar que uno de los puntos de tensión más álgidos entre Palestina y Tel Aviv es la construcción de asentamientos judíos en la parte oriental de Jerusalén, la cual reclaman los palestinos como parte nuclear de su futuro Estado.
El presidente de la ANP, Mahmoud Abbas, denunció hace unos días que el gobierno israelí planea la construcción de mil 500 casas en dicha zona, por lo cual se rehusó a entablar nuevamente las negociaciones de paz.
La noticia fue condenada repetidamente tanto por Barack Obama como por el vicepresidente, Joe Biden, y la secretaria de Estado, Hillary Clinton.
Esta semana, Netanyahu viajó a Washington para entrevistarse con el líder de la Casa Blanca, con la esperanza de limar asperezas y de alcanzar acuerdos; sin embargo, nunca esperó que Obama lo recibiera con una lista de requisitos a cumplir.
Dicha lista contenía 13 puntos a los que Netanyahu debía comprometerse para que la reunión se pudiera considerar un éxito.
Algunas de las estipulaciones más importantes intentaron arrancarle al premier israelí la promesa de congelar la edificación de asentamientos en Jerusalén oriental, así como de devolver el control militar y civil de las zonas de Cisjordania que antes de 2000 estaban administradas por los palestinos.
Netanyahu se mostró renuente y señaló que debía consultarlo con su coalición de gobierno.
La reunión terminó sin acercamientos significativos; de hecho, Obama se negó a proporcionar una declaración conjunta ante los medios de comunicación y le exigió al premier israelí que respondiera a sus demandas por escrito.
Así terminó el encuentro entre líderes, al que la prensa israelí tildó de “humillante” para Netanyahu.
Y es que ahora ya es más que evidente la tensión que existe entre ambos gobiernos: Netanyahu deberá elegir entre aceptar las exigencias de Obama (y perder credibilidad ante su gobierno de coalición) o quedarse solo y perder a su aliado más poderoso.
Con la amenaza iraní en puerta, es probable que prefiera estar acompañado…
Para vacaciones, nada como Venezuela
Al presidente venezolano, Hugo Chávez, se le ocurrió otra idea radical para el ahorro de energía: declaró que toda la semana próxima será festiva en su país.
Así es. Los venezolanos gozarán no de dos, sino de cinco días santos, en los cuales se suspenderán todas las actividades laborales.
De acuerdo con el mandatario, esta medida no es producto de “la flojera”, sino tiene como principal objetivo el ahorro de energía y de agua.
La crisis energética venezolana ha obligado al gobierno a implementar otras estrategias. El pasado 8 de febrero Chávez decretó el estado de emergencia eléctrica nacional y anunció que, a partir de esa fecha, las familias que no reduzcan su consumo de energía en un 20 por ciento serían multadas.
Asimismo, hace unos días cortó la electricidad a 80 empresas (restaurantes, cervecerías, moteles, etcétera) durante 24 horas por exceso de consumo energético.
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