No me pregunte cómo, por qué y dónde. Ni tampoco, por favor, haga planes para festejarlo en el Ángel de la Independencia.
Sucedió mientras México se aprestaba para enfrentar a la "poderosa" Nueva Zelanda en California y mientras Estados Unidos calentaba en la Arena de Amsterdam para medir fuerzas ante Holanda. Sucedió como una especie de milagro, inesperado, soñado y largamente ansiado por el fútbol mexicano.
Mirada de Faitelson: A 100 días del Mundial
La nueva clasificación de FIFA ha puesto a México por encima de los Estados Unidos, premio justo, dirían algunos ilusos, luego de que México gano el primero de los doce partidos amistosos que tendrá antes del Mundial de Sudáfrica 2010. Es decir, el 5-0 sobre la imberbe e inexistente selección de Bolivia le ha dado al Tricolor un nuevo puesto como "mandón", como la vuelta del "gigante" del area de la Concacaf.
Y no sólo eso, sino que seguramente con el pasar de los próximos días y luego de jugar ante rivales tan extenuantes como Nueva Zelanda, como Corea del Norte, Senegal y Ecuador, la selección de Javier Aguirre podría acercarse a la lista de los 10 mejores del planeta justo antes de comenzar el Mundial sudafricano.
Como siempre, hacerle caso a la lista de FIFA es una pérdida de tiempo, un derroche de energía y una forma de equivocar los caminos y las maneras de medir avances o retrasos en el desarrollo de un fútbol.
México no ha hecho nada a nivel internacional para presumir que está por encima de Estados Unidos. En el ciclo que terminará con el Mundial, la selección verde ha desperdiciado oportunidades valiosas: Los Juegos Olímpicos, la Copa Confederaciones y hasta la eliminatoria mundialista, donde ocupó un puesto por debajo del vecino del norte.
Aquel 5-0 de Nueva York en la final de la Copa de Oro no tiene validez para certificar la vuelta de una hegemonía. Estados Unidos sí fue a los Olímpicos, le ganó a México la Copa de Oro que tenía que ganarle y terminó primero en la eliminatoria de la Concacaf. Si buscamos alguna referencia histórica en Mundiales, la mas reciente, la del 2002 en Jenju, Corea del Sur, la conoce bien el propio Javier Aguirre.
En base a partidos amistosos, en base a juegos ante rivales de poco nivel, en base a una "ilusión falsa", México avanza puestos en la clasificación de la FIFA, pero tenga por seguro que en un deporte lleno de intereses, siendo México uno de los países donde el fútbol y la comercialización están muy entrelazados, cualquier cosa se puede esperar y se puede suponer.
La lista de FIFA sólo vale para medir a los primeros nueve, de donde seguramente saldrá el campeón del mundo. El resto es un espejismo, algo que crea y fundamenta jugando, humillando a Bolivia en San Francisco, a Nueva Zelanda en Pasadena y a Corea del Norte en Torreón.
No hay comentarios:
Publicar un comentario